Hurlingham: El sueño de un club de barrio puede quedar en la nada

Vecinos del Barrio Roca se manifestarán nuevamente hoy a las 19 en Galeno 946, esquina Délfor Díaz, para protestar y “defender a nuestro club”, una iniciativa que se desarrollaba de modo autónomo y con el esfuerzo de la gente para crear el Galeno Fútbol Club y así brindar un espacio de contención y deporte a casi trescientos niños y niñas de esa popular barriada de William Morris.

El empuje vecinal se vio interrumpido desde ayer cuando máquinas y trabajadores de la Municipalidad llegaron el predio, de dominio comunal, y lo cercaron, además de dejar una intimación dirigida a Daniel Alejandro Becerra, uno de los referentes del barrio y cara visible del proyecto.

En el escrito, firmado por quien se presenta como Director General de Fiscalización y Control, Diego Coletti, se intima “a cesar de forma inmediata toda ocupación, ingreso o actividad ilícita” en ese terreno municipal. Y advierte que la intimación tiene carácter “reiteratorio”, ya que “ha sido informado con anterioridad en iguales términos y, sin embargo, ha persistido en su ocupación ilegítima”.

Para el Municipio, la actividad vecinal para crear un club de barrio en ese lugar constituye “una usurpación”.

La reacción y el reclamo fueron inmediatos y casi doscientas personas se congregaron en la tarde del jueves para hacer escuchar la voz de la gente, ante un desproporcionado despliegue de efectivos policiales y del Cuerpo de Prevención Comunitaria del Municipio. 

Una historia hecha a pulmón

“Es un espacio que como vecinos del barrio queremos recuperar. Hace por lo menos cuarenta años que está abandonado, sin uso. Y queremos crear un club de fútbol y que éste sea el lugar donde los chicos vengan a entrenar y jugar. Por eso decidimos mejorarlo, ponerlo más lindo, nivelarlo, ponerle iluminación”, señaló Becerra.

Para ese fin, los vecinos pusieron dinero o su tiempo y su trabajo, con el objetivo siempre claro de crear ese club de barrio. “No entendemos por qué, pero desde la Municipalidad eso no gustó. Y utilizando nuestros propios elementos, como un cerco que pusimos para cerrar el perímetro y que los chicos no corran detrás de la pelota a la calle, decidieron venir y tomar las tierras ellos, cuando durante décadas no se había hecho nada y, obviamente, dejando sin un lugar para jugar a casi trescientos chicos”, señaló el vecino.

“Este lugar era ocupado por gente en situación de calle o por cualquiera que se aprovechaba de un espacio abandonado. Hoy los vecinos ven con desagrado y tristeza que no estamos trabajando nosotros sino gente desconocida que llegó con sus topadoras y cerca todo con nuestros propios materiales, sacándonos el lugar que era para los chicos, para el club del barrio, para la inclusión. No lo podemos entender”, afirmó.

Y concluyó: “La Municipalidad tomó las tierras y nos dejó sin nada. Pensamos que querían ayudarnos. Ahora dicen que lo van a convertir en un espacio verde, lo que nos parece bien, pero no es lo que el barrio necesita. Es más, a media cuadra ya hay un espacio que creó la anterior gestión y que cada vez está peor. Los vecinos queremos un club y en eso estábamos trabajando. Ahora, estamos atados de pies y manos”.